Si convives con un celiaco debes evitar que los alimentos que él come entren en contacto con gluten. Aprende a evitar la contaminación cruzada por gluten.
¿Qué es la contaminación cruzada por gluten?
Es el proceso durante el cual un alimento libre de gluten entra en contacto con gluten.
Por lo tanto, cuando hay contaminación cruzada, estamos convirtiendo un alimento apto para celiacos y celiacas en un alimento NO APTO.
Y si un celiaco se come un alimento NO APTO, puede tener problemas de salud más o menos graves. Así que no es un tema menor, ¡atención!
Cómo evitar la contaminación cruzada.
Un alimento libre de gluten se puede «contaminar» de muchas maneras y en diferentes momentos de su vida útil.
Imagina que un agricultor recoge una caja de tomates y la pone en su furgoneta para llevarla a la tienda. Imagina que esa caja está al lado de un saco de harina -de trigo- medio roto. La harina podría llegar a los tomates y convertirlos en un alimento no apto para celiacos.
Lógicamente, no está en nuestras manos controlar todo el proceso de producción, transporte y manipulación de los alimentos que consumimos (más allá de comprar en nuestra tienda de confianza), así que pasemos a ver qué medidas podemos tomar.
Las dos maneras de afrontar el problema.
Para evitar la contaminación cruzada por gluten tenemos dos grandes opciones:
La opción fácil (pero cara).
Si estás conviviendo con un celiaco y te agobia el tema de la contaminación cruzada (que después veremos como gestionarla), tienes la opción más radical, fácil y rápida: ALIMENTARTE COMO UN CELIACO.
Así es. Asegúrate de que en tu cesta de la compra ÚNICAMENTE entren alimentos APTOS para celiacos y te olvidarás de todo lo que te voy a explicar más adelante.
Eso sí, ten en cuenta que los alimentos aptos para celiacos son bastante más caros que los «normales».
¿Lo sabías? Un celiaco se gasta de media, 900 € más al año que una persona NO celiaca.
La opción complicada (más barata).
Imagina: vives en una familia de 5 personas y uno de los miembros es celiaco. La opción cara es alimentarse toda la familia como el celiaco. Pero eso te va a salir caro.
Entonces optas por la opción «entretenida», que es, ni más ni menos, controlar la contaminación cruzada. ¿Cómo se hace? Veamos.
El CONTROL empieza en la cesta de la compra y sigue en la cocina.
En la compra.
Tendrás que hacer la compra pensando en el celiaco de la casa. Para él o ella tendrás que comprar alimentos libres de gluten.
Cuando compres productos para el resto de la familia, debes asegurarte de que no contaminen a los productos APTOS. Esto puede pasar con productos no envasados, tipo harinas a granel o cualquier cosa que salga de una panadería (cruasanes, pan, ensaimadas, etc.). Para este tipo de productos, es mejor usar una bolsa de la compra separada.
En la cocina.
La cocina es el espacio donde se producen la mayoría de contaminaciones cruzadas. Así que, ¡mucho cuidado! Veamos.
Almacenaje.
Separa los alimentos sin gluten de los demás.
Lo ideal es que los alimentos sin gluten estén en los armarios más altos y el resto en los de abajo.
Las frutas y verduras, por lo general, suelen ser alimentos aptos para celiacos; pero asegúrate de separarlos de los posibles «contaminantes».
Cuando cocinamos.
Lo primero y más importante: LIMPIEZA. Hay que tener la cocina limpia y ordenada.
Si vas a cocinar por duplicado, es decir, un plato para los NO celiacos y otro para el celiaco de la casa, es muy recomendable empezar por el plato celiaco. Así disminuimos las probabilidades de contaminación.
Ojo con el aceite de freír: si has estado friendo cualquier cosa con gluten, después no podrás usarlo para freír alimentos APTOS sin gluten.
Los utensilios de madera (cucharas, espátulas, etc.) son muy porosos y difíciles de limpiar. Por lo tanto, siempre pueden albergar trazas de gluten. Es mejor evitarlos o tenerlos por duplicado (los que uses para cocinar alimentos aptos, márcalos).
Cuando uses el horno: puedes hornear productos aptos y no aptos al mismo tiempo. Únicamente tendrás que separar los alimentos en diferentes bandejas y poner la APTA en la parte superior del horno.
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Donde encontrarás más dificultades será en la tostadora: muy difícil de limpiar y donde siempre habrá migas de pan capaces de contaminar. Tienes dos opciones: tener una tostadora especial y exclusiva para el pan sin gluten y otra «normal». O usar unas bolsas especiales que hay en el mercado para meter el pan sin gluten dentro antes de ponerlo en la tostadora.
Otro foco de contaminación es la madera que se usa para cortar el pan, muy difícil de limpiar. Tu mejor opción es tenerla por duplicado.
Cómo evitar la contaminación cruzada por gluten. Conclusión.
SENTIDO COMÚN. Con estas dos palabras se resume todo.
Si convives con un celiaco ya sabes de qué hablo: orden, limpieza y precaución. Si aplicas estos principios, adiós a la contaminación cruzada por gluten.
Si acabas de llegar a este mundo, no te agobies, los inicios siempre son difíciles. Y si aún no lo has hecho, pásate por la Asociación de Celiacos de tu ciudad para recibir un asesoramiento profesional. ¡Por la salud de los tuyos!