Te ha salido del horno un pan sin gluten que parece un ladrillo. Miras el horno y piensas: «¿has sido tú el culpable?». En este post vas a salir de dudas.
En un principio, cualquier horno doméstico es válido para hacer pan sin o con gluten. Pero como todo en esta vida, hay buenos, regulares y malos.
El horno ideal
Un buen horno para hacer pan debe cumplir estas características:
Eléctrico
El horno más común en los hogares de medio mundo es eléctrico, y es lo ideal para hacer pan sin gluten. Los hornos a gas también son aptos, pero quizás no son tan cómodos a la hora de generar vapor.
En este artículo te explico cómo hornear con vapor: Pan sin gluten, cómo se hace paso a paso.
Temperatura
La temperatura ideal para hornear pan es 250 °C.
El horno ideal debe alcanzar los 250 °C REALES. ¿A qué me refiero con «REALES»? La mayoría de hornos tienen la posibilidad de configurar la temperatura en 250 °C, pero no todos alcanzan esa temperatura realmente.
Si tu horno funciona correctamente, cuando lo enciendes y lo pones a 250 °C, alcanzará esa temperatura transcurridos 25-30 minutos (aunque si tienes un superhorno quizás lo tengas en 15 minutos).
¿Cómo sabes si ha subido a 250 °C? Lo ideal es usar un termómetro de horno. Hay que ponerlo dentro del horno cuando esté frío. Posteriormente, se enciende el horno a la temperatura que hemos visto, se cierra la puerta y solo queda esperar e ir observando para ver si llega a los deseados 250 °C.
Si no alcanza esta temperatura siempre puedes llamar al servicio técnico para que lo ajusten.
Resistencias
Lo ideal es que tenga resistencias arriba y abajo. Esto te va a ayudar a la hora de conseguir un pan cocido uniformemente. Me explico: si sacas tu pan del horno y ves que «su culo» está chamuscado y su parte superior está dorada y bonita ya sabes lo que tienes que hacer en tu próxima hornada; prueba desactivar la resistencia inferior durante unos 10 minutos para conseguir una cocción uniforme. Se trata de usar el sentido común y buscar «el punto» a tu horno.
La otra opción, no tan buena, es que tenga únicamente la resistencia inferior. No tendrás tanta libertad de horneo, pero sigue siendo una opción válida, siempre y cuando cumpla con el punto anterior (temperatura).
Juntas en buen estado
Las gomas o juntas de la puerta del horno deben estar en buen estado. Así evitamos que se escape el vapor, tan necesario para hornear panes dorados y voluminosos.
Quizás te interese:
Cómo el vapor puede mejorar tu pan sin gluten.
Sin ventilador
También llamado «Turbo», el ventilador saca el vapor del horno. Y cómo he comentado anteriormente, el vapor es VITAL.
Si tu horno tiene la opción «Ventilador» desactívala.
Tamaño
Cualquier tamaño de horno es apto para hacer pan.
Cocción homogénea
Esto no es imprescindible, pero ayuda.
¿Alguna vez has sacado del horno un bizcocho quemado por un lado, y en el punto por el otro? Tu horno necesita un ajuste.
Lo ideal es que el horno haga una cocción uniforme, tanto por los lados como por arriba y abajo.
Conclusión
Y si después de todo, sigues con dudas, un último consejo: HAZ PAN. ¿Hay algo mejor para aprender? Sí, apuntarte al Curso Online de Iniciación al Pan sin Gluten.
¿Te ha gustado? ¡Comparte!